Cómo solucionar una pérdida de presión de agua por fuga

Una pérdida de presión de agua puede parecer un problema menor, pero lo cierto es que complica tareas tan cotidianas como ducharse, fregar los platos o poner la lavadora. Cuando el caudal disminuye sin motivo aparente, algo no va bien. En muchos casos, el origen está en una fuga de agua. Detectarla a tiempo evita daños en la instalación y costes adicionales. 

¿Por qué hay una pérdida de presión de agua en casa?

Las causas de una pérdida de presión de agua en casa pueden ser diversas. Algunas están relacionadas con el desgaste natural de la instalación y otras, con problemas específicos que requieren revisión profesional.

Entre las causas más comunes están:

• Obstrucciones internas. La acumulación de cal o sedimentos puede reducir el diámetro útil de las tuberías. En este caso, es importante que llames cuanto antes a una empresa de desatascos de tuberías.
• Fugas de agua. Una rotura en algún punto de la instalación puede provocar una disminución de presión notable.
• Problemas en la red general. Si hay una avería en el suministro externo, también puede repercutir en tu hogar.
• Errores en la instalación. En viviendas antiguas o con reformas recientes, puede haber conexiones mal realizadas.

Señales de una pérdida de presión de agua en tuberías

Algunas señales que indican pérdida de presión de agua en tuberías son fáciles de identificar. Otras pasan más desapercibidas. Fíjate si ocurre algo de esto:

• El agua del grifo o de la ducha sale con menos fuerza, lo que puede hacer que ducharse lleve más tiempo o que los electrodomésticos no funcionen con normalidad.
• Hay un goteo constante en zonas donde no debería haber agua.
• Escuchas ruidos extraños al abrir los grifos.
• Se produce un aumento repentino en la factura del agua sin haber cambiado los hábitos de consumo.
• Existen manchas de humedad en techos o paredes.

¿Qué hacer si baja la presión del agua?

Actuar rápido es clave para evitar complicaciones. Aquí te dejamos los pasos básicos:

1. Comprueba otros grifos. Así verás si el problema afecta solo a un punto o a toda la instalación.
2. Revisa la llave de paso. A veces, una apertura parcial puede causar una presión menor.
3. Observa si hay fugas visibles. En zonas como bajo el fregadero o en el baño.
4. Cierra la llave de paso si detectas una fuga. Así evitarás daños mayores mientras esperas asistencia.

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